Bien, mal, luz, oscuridad, ángeles y demonios... Términos contrapuestos, fuentes de leyendas que buscan explicar la dicotomía del ser humano, el eterno conflicto entre ceder a la tentación o superarla, de conformarse con imaginar toda una serie de buenos propósitos o tratar de realizar tan sólo uno de ellos, de dejarse arrastrar por la corriente de la indolencia o luchar contra viento y marea por los ideales, de pensar en uno mismo o en los demás. Toda una gama de dilemas y decisiones que conforman, dentro de la personalidad de cada individuo, un espectro de matices tan amplio que rebasa los límites del blanco y del negro con sus infinitas combinaciones de grises y que engloba, en su lugar, todos los colores del arcoiris.
ANGEL FOOD CAKE
¿Qué comen los ángeles? No creo que ir al cielo suponga estar a dieta. Pese a lo que afirmen los del anuncio de Philadelphia no se hinchan a aperitivos de queso sino que su favorito es este bizcocho ligerísimo, muy suave y sin grasa. A pesar de ser pálido y etéreo como un ángel, no está exento de pecado. Para los más golosos, se puede rellenar (incluso de Philadelphia).
¿Qué comen los ángeles? No creo que ir al cielo suponga estar a dieta. Pese a lo que afirmen los del anuncio de Philadelphia no se hinchan a aperitivos de queso sino que su favorito es este bizcocho ligerísimo, muy suave y sin grasa. A pesar de ser pálido y etéreo como un ángel, no está exento de pecado. Para los más golosos, se puede rellenar (incluso de Philadelphia).
Ingredientes
- 9 claras pasteurizadas (un bote, a la venta en Mercadona)
- Una cucharadita de cremor tártaro.
- Una pizca de sal.
- Una cucharadita de esencia de vainilla (o del sabor que se prefiera).
- 150 gr de azúcar glass.
- 100 gr de harina.
Batir las claras con la sal y el cremor tártaro. Han de estar montadas, pero no duras.
Añadir el azúcar por tandas hasta conseguir un punto de nieve brillante y que forme picos firmes y estables.
Incorporar la harina tamizada, poco a poco, en forma de lluvia. Mezclarla con cuidado, del centro a la periferia, con la ayuda de una espátula (que no sea de metal) para no bajar las claras. Finalmente, añadir la vainilla y verter en un molde con forma de corona, sin engrasar. Si las paredes estuviesen untadas de aceite o mantequilla la masa no podría "trepar" y agarrarse a ellas para mantenerse estable.
Pasar un cuchillo por el centro de la masa para liberar las burbujas.
Hornear en horno precalentado a 180º hasta que esté dorado y cocido, pinchar en el centro para comprobar el punto. Tardará unos 35-40 minutos.
Poner el molde boca abajo y dejar enfriar aproximadamente una hora.
Para desmoldar separar el bizcocho con un cuchillo.
Para convertirlo en algo más pecaminoso: acompañar con nata montada o ceder sin reservas a la tentación con una salsa ligera de bourbon o de chocolate.
Añadir el azúcar por tandas hasta conseguir un punto de nieve brillante y que forme picos firmes y estables.
Incorporar la harina tamizada, poco a poco, en forma de lluvia. Mezclarla con cuidado, del centro a la periferia, con la ayuda de una espátula (que no sea de metal) para no bajar las claras. Finalmente, añadir la vainilla y verter en un molde con forma de corona, sin engrasar. Si las paredes estuviesen untadas de aceite o mantequilla la masa no podría "trepar" y agarrarse a ellas para mantenerse estable.
Pasar un cuchillo por el centro de la masa para liberar las burbujas.
Hornear en horno precalentado a 180º hasta que esté dorado y cocido, pinchar en el centro para comprobar el punto. Tardará unos 35-40 minutos.
Poner el molde boca abajo y dejar enfriar aproximadamente una hora.
Para desmoldar separar el bizcocho con un cuchillo.
Para convertirlo en algo más pecaminoso: acompañar con nata montada o ceder sin reservas a la tentación con una salsa ligera de bourbon o de chocolate.
DEVIL'S FOOD CAKE
Una tarta diabólica, viciosa a más no poder, tanto que ni siquiera el mismísimo diablo puede evitar caer en la tentación y olvidarse del infierno tras probarla. No importa que huela a gloria. La receta, en el libro del chocolate de Ghirardelli's, la ideó un condenado que aprovechó la tesitura para escapar. Se ganó el cielo al salvar al resto porque el demonio hizo la vista gorda: mejor quedarse solo que verse obligado a compartir el pastel. Es excelente para domar diablillos.
BIZCOCHO
- 60 gr de cacao puro en polvo.
- 125 ml de agua caliente o café.
- 60 ml de leche.
- 140 gr de azúcar moreno fino.
- 80 gr de azúcar glass.
- 50 ml de aceite suave.
- 3 huevos medianos.
- 150 gr de harina.
- Una cucharadita de levadura química.
Mezclar el cacao con el agua, la leche y el extracto de vainilla. Mezclar bien y reservar.
Batir el aceite con los dos azúcares. Añadir los huevos uno a uno, esperando a que el primero se integre para incorporar el segundo.
Aparte, tamizar la harina con la levadura.
Con la batidora en marcha, añadir por tandas la mezcla de cacao y la de harina, alternándolas, poco a poco, hasta terminar con las dos.
Verter en horno precalentado y hornear más o menos de 50 minutos a una hora a 180º.
Sacar a una rejilla y dejar enfriar.
Servir con salsa de cacao.
SALSA DE CACAO
1 taza de cacao puro
1 taza de azúcar
Media taza de agua
Media taza de leche
Una pizca de sal
1 cucharada de vainilla
Mezclar el azúcar con el cacao. Disolver en agua caliente hasta que este suave y añadir la leche y la sal. Cocinar otros dos minutos.
1 comentario:
Me ha encantado la entradilla de la entrada y ¡cómo no! las delicias del diabólico bizcocho de chocolate regado con chocolate para más inri.
Me prometo hacerlo para el cumple de mi nuera (¿diabólico?).
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