viernes, 17 de mayo de 2013

Un comentario de "Nada" por el catedrático

La visión de Nada del Catedrático es un análisis bíblico, religioso y metafísico muy interesante. Necesita un hueco mayor que el de un comentario para disfrutarlo bien y pensar despacio en ello. Gracias. 

Una pregunta teológica muy interesante, al menos para los que gustamos de esas cosas, es qué existía realmente en el momento de la Creación. Aunque se ha dicho muchas veces que Dios crea de la nada, eso no es cierto, en el texto bíblico, al menos en todos los casos. La célebre creatio ex nihilo solo se dice de la luz. El texto hebreo usa para ello una forma yusiva, la que se traduce por "fiat lux" o "hágase la luz". De todos modos, si nos fijamos en el contexto, sería razonable proponer que 'Dios hizo las fuentes de la luz'.

Una traducción más exacta (aunque literal) de Génesis 1 es: "En el principio de la creación de Dios del cielo y de la tierra" y no "En el principio creó Dios...". Gén. 2 deja muy claro lo que había antes: "cuando la tierra había sido deforme y amorfa", to:hû y bo:hû en hebreo son quasi-sinónimos. Es un fenómeno retórico muy corriente en hebreo bíblico, la hendiadis ('uno mediante dos'), uso de dos palabras que significan casi lo mismo para expresar un concepto. Lo que importa aquí, en todo caso, es que "había sido": el nombre se antepone al verbo en hebreo, lo que se usa para indicar el tiempo anterior. La Torah, el Pentateuco, no pretende contar la historia desde el principio del tiempo, solo la Creación.

Entonces tenemos que irnos al origen del tiempo. En este momento somos einstenianos, es decir, hay una curvatura espacio-tiempo que implica un ciclo. Dentro de dos mil quinientos años esto quizás sea tan limitado como lo que pensamos hoy de la Física de Aristóteles; pero en este momento es lo que hay.

Dios queda fuera del tiempo. Entonces ¿cómo se relaciona con el tiempo? Para el cristianismo la respuesta es la Segunda Persona. Jesús es Dios en el tiempo, en el tiempo terrestre. Si hay otros seres inteligentes en otros mundos con tiempo, nada impide que la Segunda Persona tenga otras manifestaciones en su tiempo, otras personificaciones. Los budistas, por ejemplo, dan otras soluciones para un Dios intrascendente, es decir que no transciende, que no se comunica con el hombre, el hombre llega al nirvana, sale del tiempo y es asumido en un dios panteísta.

La Nada, entonces, absoluta, sería un universo sin Dios, lo cual, teológicamente, es una de las interpretaciones del Infierno. En varios momentos de la teología católica se ha especulado con que el justo castigo de los malvados pudiera ser la Nada (es difícil pensar en el perdón de Hitler, Stalin, Mao Zedong, entre otras joyitas humanas contemporáneas). La interpretación superficial del Infierno como un lugar lleno de fuego y humo (como el bar de Filosofía en tiempos), con demonios de cuernos y rabo pinchando con enormes tenedores, no es cosa seria, aunque sea espantosa y artística. El Infierno es la Privación, especialmente la privación del Amor.

En la Biblia, para terminar, si la entendemos desde el texto hebreo, correctamente, la materia estaba ahí. No se pretende contar el origen del espacio y del tiempo. La Nada, en realidad, no es un concepto bíblico, al menos no es un concepto central para la Creación. Como en tantas otras cosmogonías, lo que cuenta es la materia, sobre todo en forma de agua.

1 comentario:

amigademadre dijo...

Apabullante e interesantísimo este comentario-entrada- tercera de ABC. Tendré que leerlo varias veces.Un acierto la NADA. . .Pensaré en otras NADAS.