jueves, 16 de mayo de 2013

Nada

Nada no se puede definir, una definición bastaría para convertirla en algo. La nada no es imaginable, si no hay nada tampoco se encuentra entre la fantasía. No es la mente en blanco, o en negro, no es un color, ni un fundido. No es la ausencia, no es algo que falta, por lo que se podría sentir nostalgia. Tampoco es una carencia ¿cómo puede carecerse de lo que no ha existido, no existe y no existirá jamás? Nada no es un espacio vacío, sino que es preciso quitar el espacio y el vacío para que no quede nada. No es oscuridad, porque la oscuridad es densa y te hace estirar las manos para palparla. No se siente ni se percibe. Nada es el antes del principio del tiempo, el antes del universo, el antes de la energía. ¿Es la nada un concepto? Ni siquiera eso, por mucho que se intente no hay nada capaz de dar idea de la nada, sólo la nada podría, pero la nada no es nada.

Esta entrada es un ejemplo de que no he logrado escribir nada sobre la nada, al contrario, he escrito sobre algo que, aunque he llamado nada, no era tal. Quizás debiera haber seguido callada, dejar en el día de hoy un hueco, aunque la nada no lo ocupara. ¿Será en otro momento? o, mejor dicho: ¿no lo será? No digo más.

6 comentarios:

Rafa-MrMagoo dijo...

Nada es también lo que os dijo vuestro padre cuando os tiró a la piscina con un método que a mi me parece correcto para enseñaros algo... nada y vive o .... tú verás.

Javier Medina dijo...

Nada que comentar.

Anónimo dijo...

Un comentario tan bueno, tan interesante, tan bien estructurado, para que al final se quede en nada.

Pues no he dicho nada. Un beso, JMD.

amigademadre dijo...

La nada es la nada,¿tal vez el imperativo de nadar? A veces la nada está llena de cosas: "¿En qué piensas? En nada": Me suele crispar esta respuesta ya que es una puerta que se cierra ante miles de cosas-nada.
P.D. Magritte es uno de tus prefes ¿no?

el tito Paco dijo...

Ya que quieres comentarios, hay varias opciones.
Una pregunta teológica muy interesante, al menos para los que gustamos de esas cosas, es qué existía realmente en el momento de la Creación. Aunque se ha dicho muchas veces que Dios crea de la nada, eso no es cierto, en el texto bíblico, al menos en todos los casos. La célebre creation ex nihilo solo se dice de la luz. El texto hebreo usa para ello una forma yusiva, la que se traduce por "fiat lux" o "hágase la luz". De todos modos, si nos fijamos en el contexto, sería razonable proponer que 'Dios hizo las fuentes de la luz'.
Una traducción más exacta (aunque literal) de Génesis 1 es: "En el principio de la creación de Dios del cielo y de la tierra" y no "En el principio creó Dios...". Gén. 2 deja muy claro lo que había antes: "cuando la tierra había sido deforme y amorfa", to:hû y bo:hû en hebreo son quasi-sinónimos. Es un fenómeno retórico muy corriente en hebreo bíblico, la hendiadis ('uno mediante dos'), uso de dos palabras que significan casi lo mismo para expresar un concepto. Lo que importa aquí, en todo caso, es que "había sido": el nombre se antepone al verbo en hebreo, lo que se usa para indicar el tiempo anterior. La Torah, el Pentateuco, no pretende contar la historia desde el principio del tiempo, solo la Creación.
Entonces tenemos que irnos al origen del tiempo. En este momento somos einstenianos, es decir, hay una curvatura espacio-tiempo que implica un ciclo. Dentro de dos mil quinientos años esto quizás sea tan limitado como lo que pensamos hoy de la Física de Aristóteles; pero en este momento es lo que hay.
Dios queda fuera del tiempo. Entonces ¿cómo se relaciona con el tiempo? Para el cristianismo la respuesta es la Segunda Persona. Jesús es Dios en el tiempo, en el tiempo terrestre. Si hay otros seres inteligentes en otros mundos con tiempo, nada impide que la Segunda Persona tenga otras manifestaciones en su tiempo, otras personificaciones. Los budistas, por ejemplo, dan otras soluciones para un Dios intrascendente, es decir que no transciende, que no se comunica con el hombre, el hombre llega al nirvana, sale del tiempo y es asumido en un dios panteísta.
La Nada, entonces, absoluta, sería un universo sin Dios, lo cual, teológicamente, es una de las interpretaciones del Infierno. En varios momentos de la teología católica se ha especulado con que el justo castigo de los malvados pudiera ser la Nada(es difícil pensar en el perdón de Hitler, Stalin, Mao Zedong, entre otras joyitas humanas contemporáneas). La interpretación superficial del Infierno como un lugar lleno de fuego y humo (como el bar de Filosofía en tiempos), con demonios de cuernos y rabo pinchando con enormes tenedores, no es cosa seria, aunque sea espantosa y artística. El Infierno es la Privación, especialmente la privación del Amor.
En la Biblia, para terminar, si la entendemos desde el texto hebreo, correctamente, la materia estaba ahí. No se pretende contar el origen del espacio y del tiempo. La Nada, en realidad, no es un concepto bíblico, al menos no es un concepto central para la Creación. Como en tantas otras cosmogonías, lo que cuenta es la materia, sobre todo en forma de agua.

Anónimo dijo...

Q bueno Groumpy....pero nada de dejar huecos en el blog.
Y por cierto ....me moría de risa con lo del tontaina de Rafa ;D