A la Baronesa no le gustaba el agua pero le encantaba la Coca-Cola. Era su bebida durante las comidas, en su sitio en la mesa siempre le poníamos la botella del refresco a su lado. Los adultos tenían vino y para los niños no había otra opción que no fuese el agua del grifo, la Coca-Cola sólo era para ocasiones especiales y para nuestra abuela (que no por nada siempre fue una persona muy especial).
Durante un verano en la granja, después de la comida, mientras en la sobremesa se servía pastelón, risol e infusión de hierbas, los niños disfrutábamos de un sucedáneo natural de la Coca-Cola. La Baronesa nos rellenaba el fondo del vaso con un dedo de jarabe de zarzaparrilla, la bebida favorita de los pitufos, que luego rebajaba con un poco de agua, aproximadamente hasta la mitad. El sabor era muy parecido aunque no tenía burbujas, lo que podría haberse resuelto si el agua en vez de salir del grifo hubiese sido mineral con gas (que sin embargo nunca me ha gustado). En la granja todo sabía mejor que en ningún otro sitio y aquel jarabe diluido, además de digestivo, una de las propiedades de la zarzaparrilla que también comparte la Coca-Cola cuya fórmula original era para uso farmacológico, estaba dulce pero sin empalagar gracias a la dilución, y me parecía delicioso. Lo he comprado luego pero no es lo mismo. La diferencia creo que radica en la situación. Para nosotros suponía un momento especial compartir la sobremesa con el resto, con nuestro vaso correspondiente.
No sé si además de las propiedades digestivas la Coca-Cola posee el secreto de la felicidad, y si éste reside en el jarabe de zarzaparrilla de su fórmula. El caso es que el presidente de la compañía, en su jubilación, dio un discurso inspirador que transcribo:
Pronto te darás cuenta que el Trabajo es como una pelota de goma. Si la dejas caer, rebotará y regresará. Pero las otras cuatro pelotas: Familia, Salud, Amigos y Espíritu son frágiles como de cristal. Si una de estas cae, saldrá irrevocablemente astillada, marcada, mellada, dañada e incluso rota. Nunca volverá a ser lo mismo.
Hay que saber apreciar y esforzarse por conseguir y cuidar lo más valioso. Trabaja eficientemente en el horario regular de oficina pero deja el trabajo a tiempo. Dale el tiempo requerido a tu familia y a tus amigos. Haz ejercicio, come y descansa adecuadamente. Y sobre todo...crece en vida interior, en lo espiritual, que es lo más trascendental, porque es eterno. Shakespeare decía: Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué?. Porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución. Lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, por eso ¡ámala!
Vive intensamente y recuerda ponerte en el lugar de otros. Antes de hablar...¡Escucha ! Antes de escribir... ¡Piensa ! Antes de criticar...¡Examina ! Antes de herir...¡Siente ! Antes de orar ¡Perdona ! Antes de gastar... ¡Gana ! Antes de rendirte ¡Intenta!"
Vive intensamente y recuerda ponerte en el lugar de otros. Antes de hablar...¡Escucha ! Antes de escribir... ¡Piensa ! Antes de criticar...¡Examina ! Antes de herir...¡Siente ! Antes de orar ¡Perdona ! Antes de gastar... ¡Gana ! Antes de rendirte ¡Intenta!"
1 comentario:
Me ha encantado esta entrada de la Coca-Cola, bebida que no suelo tomar pero a la que estoy muy agradecida. Cuando me dieron la quimioterapia recuerdo que el estómago se me ponía peor que un trapo y lo que realmente me consolaba de aquel malestar, por encima de cualquier otro remedio, era la Coca-Cola tomada a cucharaditas. Después de leer las palabras de su presidente sobre la filosofía que inspira la elaboración de esta bebida, creo entender la razón de sus propiedades curativas. Me parece que no hay ninguna bebida con un respaldo ideológico tan positivo como esta.
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